Todos los que sigan medianamente las olimpiadas cada edición recordaran como algo especial la final de volley-playa de las últimas olimpiadas. La sorpresa, el equipo español formado por Javier Bosma y Pablo Herrera competían con los mejores del mundo, la pareja brasileña Emmanuel y Ricardo Santos. El desenlace fue lo previsto con una victoria de los sudamericanos en un estadio que aun siendo de noche, condiciones extrañas para este deporte, estaba repleto. El Rey Juan Carlos presenció el encuentro y entregó la medalla de plata a los españoles.
El deporte del volley-playa nació en EEUU por los años 20. Desde Hawaii y California se embarco a Francia y posteriormente a la URSS. Las variantes son múltiples con 6, 8 y 2 jugadores aunque al final se eligió solamente a una pareja por equipo porque aumenta el espectáculo. A finales de los 80 se hizo profesional con multitud de circuitos de competición. En 1994, Samaranch en un viaje a Brasil observó como un torneo congregó a 140.000 espectadores y en Atlanta ya formó parte de la competición olímpica.
En el apartado de los españoles podemos decir que en Sidney, Bosma consiguió un meritorio diploma olímpico tras perder en la final de consolación la medalla de bronce. Cuatro años después Bosma y Herrera conseguirían la medalla haciendo visible el deporte para el país, que aunque cuente con miles de aficionados, en su mayoría desconocían la profesionalidad del mismo.
Las instalaciones que se encontrarán los competidores será el Chaoyang Park Beach Volleyball Ground de Pekín que se construyó para el torneo chino celebrado en agosto del 2007. 14150 metros cuadrados que darán cabida a los 12200 espectadores que admiten las gradas. El torneo se realizará entre el 9 y 22 de agosto y contará con 96 competidores, 24 equipos de mujeres y otros tantos de hombres. La prueba cuenta con muchas posibilidades de ser una de las más espectaculares del calendario olímpico.
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